Está comprobado que el primer impacto entra por los ojos. Así lo entendió Carolina Lucero, una amante de la cocina que decidió crear un negocio familiar que denominó “Pastas del Maestro Karin” – en alusión a un personaje del animé que lo usó como inspiración para tomar coraje-.
Las recetas son las tradicionales: canelones, raviolones, sorrentinos, panzotis, canelottis, fideos, tapas de lasagna, ñoquis, salsas, focaccias, entre otras exquisiteces. Pero lo que verdaderamente lo destaca es el colorido y las formas creativas de sus presentaciones. En su portada de Facebook luce ravioles de corazones armados puntillosamente.
“Empezamos a finales del 2019, trabajando por encargues. Y el 28 de octubre del 2020, a pesar de la pandemia, nos arriesgamos y dimos un gran paso que nos permitió abrir nuestras puertas al público. ¡Estamos muy contentos de haber podido lograrlo!”, indica con entusiasmo.
Como todo emprendimiento familiar exige de mucha dedicación y la colaboración de todos. Carolina dice que “la principal razón de llegar a materializar el negocio de pastas caseras fue nuestro hijo. Hoy tiene un año y ocho meses. Por el momento somos cuatro personas quienes integramos el equipo de trabajo: mi marido, Gonzalo, atiende al público, en la parte de producción está mi hermano Juan Lucero y yo. Y Alejandro Vega entrega los pedidos a domicilio”.
Su mayor capital lo cosechó estudiando gastronomía en el instituto Mariano Moreno en el 2012. De a poco fue adquiriendo conocimientos y volcó el aprendizaje en distintos trabajos en bares, restaurantes y servicios de catering.
El local está ubicado en la calle Benjamín de la Vega 30, en el macrocentro de la Capital de la provincia de La Rioja. “Tenemos una sala de producción equipada con máquinas: una sobadora, una amasadora y una Pastalinda. Además de heladeras, freezer y balanza. Los días que tenemos mayor cantidad de ventas son los 29 de cada mes (día de ñoquis) y los fines de semanas”, detalla y afirma: “Nuestros clientes valoran mucho que brindamos un producto fresco, casero, rico y accesible”.
Carolina participó del último Sorteo Cotnyl y ganó 5000 envases para comidas de la Línea 100.
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